Centro de Santiago

salgo de la pega y camino al metro pa ver si la hago más corta. Pasan los weones con care mierda, los cumas que se creen el hoyo por andar de ternero, los deformes pidiendo plata, los weones feos fumando y otros más feos trotando en gimnasios de ridículo y ridículos, los culos de las minas en los cafés, guatonas y guatones, helaeros, todo a $390, hipsters que creen que se visten bien y se ven pésimo, abuelxs vestidos más punkis que lxs punkis, weones tocando instrumentos, fito paez de pobla, kukoshka mintiendo por alguna callejuela, dentistas chantas, weones echando la mano, parejas gays camino al bellas artes con perrito ad-hoc, ciegos, curaitos en bares de mala muerte, weones bacanes leyendo weas bacanes, perros, cero niñxs, pacos con cara de saco weas care cigarro, pacos care pollo recién nacío con espinillas, control de evasión perros lamebotas, abuelitas cojinovas, su loco rastafari, fashons, la vieja demente, awelitos, cines pornos, peruanos, ecuatorianos, bolivianos, gringuelis, chinos-japoneses, y antes de llegar a la bajá del metro, donde antes estaban los tarotistas mitad chantas-mitad que igual la hacían, estaba un grupo de gente reunida en un semicírculo. Me saqué los audífonos pa cachar qué wea y veo los hermosos movimientos de un bailarín anónimo. Sus piruetas y movimientos calcados del ídolo me hicieron frenar mi vitrineo de personajes. Era un doble de Michael Jackson y le ponía cualquer weno. Se ganó los únicos $100 pesos que llevé a la pega. Así me fui imaginando todos los pasos que me gustaría hacer del ex negrito. Fue mi bienvenida al Centro.

Santiago