10 ene 2015

Juan y Buarque

Juan llevaba años siendo anarquista, o al menos eso pensaba. Estaban lejanos los días en la Facultad de Humanidades, donde su participación política incluso lo llevó a ser presidente de su centro de estudiantes. Tras aquello, se puso a trabajar como administrativo para poder mantener a su abuela. Lo consideraba un abuso y se sentía oprimido, pero la plata urgía.
Pasaron los años y las largas jornadas en la oficina el Juan las pasaba con los audífonos a todo volumen escuchando grupos españoles de punk. A eso se resumía ahora su anarquismo y a odiar a los inútiles de sus compañeros de la pega, personas comunes y corrientes. Entre ellos, uno de los que odiaba con más ganas era al Mauri, un chico risueño que solía ir con camisetas coloridas, a quien consideraba un simplón y de quien aborrecía su carita de felicidad.
Una tarde cualquiera, el Mauri le preguntó a Juan si le gustaba Chico Buarque. El juan le respondió que no escuchaba weas de jipis. Aún así, cerca de la medianoche, el Mauri le envió por facebook una canción que le gustaba escuchar. El Juan se preguntó una y otra vez porqué le había dado su cuenta a aquel tipo y, más encima, había accedido a aceptarlo como amigo de facebook. Tras unos garabatos en su mente y mientras su abuela dormitaba con la tele prendida se puso a leer. Decía entre emoticones sin sentido "te la mando en español pa que cachí".
Pasados los días, no se supo más del Juan.

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